Elemento clave y transversal en la estrategia de innovación de toda actividad empresarial, el diseño ha echado raíces en la Comunitat Valenciana, donde experimenta una nueva edad de oro al servicio de un sistema productivo compuesto mayoritariamente por pymes.
Con un impacto económico que en este territorio supera los 3.700 millones de euros al año, las actividades vinculadas al diseño se han consolidado como instrumentos eficaces para elevar la productividad y competitividad de las empresas, ofreciendo soluciones innovadoras a los desafíos del presente y del futuro de nuestro tejido empresarial.
Así lo han entendido los sectores tradicionales, como el mueble o el calzado, que han hecho del diseño una de sus herramientas principales para hacer frente a los actores internacionales del low cost.
Porque sólo la combinación de diferenciación, calidad, personalización e innovación en productos y procesos permite competir con éxito en un mercado global, que ha acelerado su transformación por el impacto de otra revolución tecnológica sin precedentes. Un nuevo reto al que Agència Valenciana de la Innovació (AVI) pretende ofrecer respuestas desde el conocimiento científico y tecnológico, pero impulsando también el diseño como polo de innovación.
La apuesta de la Administración valenciana por esta disciplina transversal no es nueva. Ya en los albores del autogobierno, en 1985 se organizó en Alicante el Encuentro Internacional de Diseño Industrial y Moda con el respaldo del Instituto de la Pequeña y Mediana Industria Valenciana (Impiva). Una cita histórica que reunió a algunas de las figuras más relevantes de la segunda mitad del siglo XX como Alessandro Mendini, Dieter Rams, Philippe Stark, Attilio Marconi, Tapio Vikari o Bernhard Burdek, entre otros.
«La economía del diseño en la Comunitat Valenciana» representa un paso más para poner en valor la labor que los diseñadores realizan en un territorio moderno, creativo y complejo como éste. El estudio no sólo mide el impacto del diseño, en un sentido amplio, sino que trata de configurar el primer mapa del sector y su relación con las diferentes actividades de nuestra economía.
Las conclusiones de este trabajo permiten, en fin, visualizar con claridad la importancia capital del diseño y los efectos positivos que genera en las empresas que lo incorporan de forma sistemática en sus procesos. Pero, sobre todo, apunta los retos que ha de afrontar este sector en el medio y largo plazo.
Andrés García Reche
Vicepresidente ejecutivo de la Agència Valenciana de la Innovació